FUENTE: FOLKLORE CLUB
Fue una noche norteña con taquiraris, zambas y bailecitos para todos los gustos. Con guitarra, bombo y un particular y original aporte del acordeón en la mayoría de los temas, pudimos disfrutar de los lindos ritmos del norte de nuestro país interpretados por José Simón y dos excelentes músicos que lo acompañaron: Ramón Córdoba en la guitarra y Marcelo Pilotto en el teclado y el acordeón.Como si ya anduviera añorando sus pagos jujeños, con su paisaje de cerros y quebradas, Simón, aferrado a su bombo y con la compañía firme de sus dos músicos, arrancó tocando “Tacitas de plata” y “Quiero volver a Jujuy”, dos clásicos de esas tierras, para comenzar a recorrer un camino que nos llevaría cada vez más cerca de aquella hermosa provincia a través de la música.Pero lejos de ser un lamento tedioso o triste, Simón y su yunta de artistas le pusieron vida a la noche del martes con su alegre interpretación y con el sentido del humor, que entre tema y tema, contaba una anécdota de algún personaje o canción.Con la humilde intención de pasar un buen momento y acercarle al público una porción de música de su tierra, este artista humahuaqueño, que de chico no más ya andaba subido a los escenarios y tacando en fiestas populares como “Tantanakuy infantil” -festival organizado por Jaime Torres-, nos trajo a pleno Palermo una buena selección de ritmos norteños en temas como “Cuando vos quieras”, de Eladia Blázquez o la zamba de Torres Aparicio “Total que”. Entre cuecas, huaynos y coplas lograron trasportarnos hasta el cerro de los siete colores.Aproximadamente quince canciones tocó, los cuales forman parte de su primer y segundo disco y algún adelanto del tercero que esta por venir. Fiel a su tierra y sus costumbres, en estos dos trabajos ya editados titulados Bastonera de Humahuaca (2005) y Engualichao (2007), José recoge carnavalitos, zambas, taquiraris y bailecitos del cancionero popular de esa región, que mezclado con algún tema propio como “El duendecito” -tema que le dedica a su hija y que pudimos escuchar esa noche- retrata todo el colorido del paisaje, su gente y sus costumbres que ha podido conocer y vivir de cerca. Fue una noche donde la mayoría de los ritmos norteños se hicieron presentes en la música de José Simón que entusiasmado por el buen clima del público -escaso pero alentador- se resistía a dejar el escenario para hacer una más.
Leandro Baca Castex
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